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4 DE MAYO DE 1937: PLOMO, METRALLA Y CÁRCEL

[De “PROMETEO” nº 145, 30-5-1937]

 

 

 

¡PROLETARIOS!

El 19 de julio de 1936 los proletarios de Barcelona, DESPROVISTOS DE ARMAS, domaron el ataque de los regimientos de Franco ARMADOS HASTA LOS DIENTES.

El 4 de mayo de 1937, estos mismos proletarios PROVISTOS DE ARMAS han dejado sobre los adoquines callejeros un número mucho más elevado de víctimas de las que se perdieron para conquistar la victoria contra Franco, y ha sido ante el gobierno antifascista del que forman parte hasta los Anarquistas y los del POUM, ha sido este gobierno antifascista a través de numerosos engranajes de su aparato, el que ha desencadenado la morralla de las fuerzas represivas contra los obreros.

El 19 de julio de 1936, los proletarios de Barcelona eran una fuerza invencible. La lucha de clase, independiente del Estado Burgués, tuvo una repercusión en el seno de los regimientos del ejército de Franco, donde acabó determinando una independencia análoga y de clase de los soldados contra sus generales: la huelga arrancó el muelle del seguro en los fusiles y en los cañones del ejército de Franco, pudiendo ser así derrotado.

La historia no conoce más que intervalos huidizos, en el curso de los cuales los organismos del proletariado pueden limitarse a mantener una posición de simple autonomía hacia el Estado Capitalista.

Algunos días después del 19 de julio, los acontecimientos llegaron a la encrucijada. O bien el proletariado pasaba a la fase superior de su lucha para la destrucción del Estado Burgués o este estado volvía a reconstruir las redes de su opresión sanguinaria sobre el proletariado. En esta fase de la lucha en la que ya no es suficiente el instinto, convirtiéndose la conciencia en elemento determinante, los obreros no pueden salvarse y vencer más que a condición de desarrollar en toda su amplitud, el trabajo penoso madurado en el curso de largos años, el trabajo que habían hecho a través de fracciones, con el fin de construir el Partido de Clase. La angustiosa tragedia del proletariado de España es el precio que ése debe pagar a causa de su inmadurez para crear el partido de Clase, el ÚNICO cerebro que puede dar fuerza de vida a todos los miembros de su cuerpo social.

En el curso de los primeros días de la lucha los organismos autónomos de los obreros, habían crecido desde el terreno de clase donde el proletariado se encontraba y combatía. En la segunda fase de la lucha, el dilema se planteó en toda su terrible significación: o completar, a través de la lucha política contra el Estado capitalista, los éxitos obtenidos en el orden económico y militar, o bien ver estos éxitos disolverse en los órganos del Estado capitalista.

Las clases luchan con los medios que le vienen impuestos por las situaciones y el grado de su tensión. Frente a un incendio de clase, el capitalismo ni siquiera podía pensar en aferrarse a los clásicos métodos de la legalidad. Lo que le amenazaba era la independencia de la lucha obrera, su lucha autónoma potente, amenazaba con alcanzar la otra etapa de la lucha por la revolución. Lo que necesitaba era volver a rehacer las filas para recuperar su control sobre los explotados. Estas filas que antes fueron de la magistratura, de la policía, de las prisiones, en la extrema situación en Barcelona, se convirtieron en Comités de Milicias, en industrias socializadas, sindicatos gerentes de los más importantes departamentos de la economía y en las patrullas de vigilancia.

Los acontecimientos volvieron a plantear el dilema que había conducido al desastre al proletariado de Italia y de Alemania. Los obreros conservan, en manos de su clase, el organismo que conquistan con la lucha contra el enemigo, con la condición de dirigirlo contra el Estado, que es la máquina de opresión de la burguesía. Los obreros fecundan a su verdugo de mañana si no tienen la fuerza para vencer al enemigo que quiere atraerles al aparato de su dominación. La milicia proletaria del 19 de julio es un organismo proletario, la milicia “proletaria” de la semana siguiente es un órgano capitalista, apropiado para la situación del momento. Para tener éxito en su cínico y sanguinario plan, la burguesía pudo recurrir a los centristas (PCE), a los socialistas, a la CNT, a la FAI y al POUM, que hicieron creer a los obreros que EL ESTADO CAMBIABA DE NATURALEZA POR EL HECHO DE QUE EL PERSONAL QUE LO GESTIONABA HABÍA CAMBIADO DE COLOR. El capitalismo, travistiéndose bajo la bandera roja, se aprestaba de nuevo a sacar la espada de su represión, y el 4 de mayo ha sido preparado por todas las fuerzas que, el 19 de julio, le rompieron la columna vertebral de clase al proletariado español. El hijo de Noske y de la constitución de Weimar es Hitler; el hijo de Giolitti y del control de la producción es Mussolini; el hijo de los anarquistas, socialistas, centristas (PCE) y POUM españoles, de la socialización de la milicia “proletaria”, es la carnicería del 4 de mayo en Barcelona.

Sólo el proletariado ruso respondió a la caída del zarismo con el 20 de Octubre de 1917, porque sólo él llegó a construir el partido de clase madurado con el trabajo de fracción precedente.

 

¡PROLETARIOS!

Ha sido bajo la dirección de un gobierno sostenido por el Frente Popular donde Franco había preparado minuciosamente su ataque. Ha sido por el camino de una conciliación donde Barrios trata de formar, el 19 de julio un gobierno único, que dirija los negocios para el dominio del capitalismo, con un gobierno único bajo la dirección de Franco y bajo la dirección mixta de su personal de derechas y de izquierdas, fraternalmente unidos. Ha sido la insurrección obrera de Barcelona, de Madrid, de Asturias, la que obliga al capitalismo a desdoblar al gobierno, encargando al republicano y al militar dos funciones íntimamente ligadas por una complicidad indisoluble.

En todos los lugares donde Franco no había llegado a obtener su victoria inmediata, el capitalismo os llamó a los obreros a que le siguieseis para combatir al fascismo. Cruel trampa que vosotros habéis pagado con millares de vuestras víctimas. Vosotros habéis creído de los flautistas del Frente Popular y de sus anexos que, sin luchar contra el gobierno republicano y capitalista, controlándolo bajo su dirección, vosotros podíais aplastar al hijo legítimo del capitalismo: el fascismo.

Y vosotros, proletarios, habéis partido para las colinas de Aragón, las montañas de Guadarrama y de Asturias por la victoria de la guerra antifascista. Una vez más como en 1914, la historia ha excavado la terrible, fatal y sanguinaria oposición de clase sobre vuestros cuerpos y vuestras vidas ¿Son los Frentes Militares, una necesidad impuesta por las situaciones a los obreros? No, una necesidad para el capitalismo, para coparos y aplastaros: el 4 de mayo de 1937 ha probado luminosamente que la necesidad para el proletariado era la de combatir contra su enemigo republicano con el mismo objetivo que contra Franco. Los Frentes militares eran vuestros cementerios porque eran los frentes del capitalismo contra el proletariado. A esta guerra, vosotros no le podíais oponer más que la divisa del proletariado ruso, consistente en actuar por la derrota militar de los dos gobiernos: el de Franco, y el otro republicano, para transformar la guerra del capitalismo contra el proletariado en guerra civil de la clase obrera que lucha por la destrucción de los dos troncos del Estado burgués.

La Fracción Italiana sola, en un aislamiento cruel, que debía temperar la única solidaridad de la corriente de la Liga de los Comunistas Internacionales de Bélgica, que fundó a continuación la “Fracción Belga de la izquierda comunista internacional”, estas dos corrientes solas lanzaron la alarma, mientras que en todas partes se defendía la necesidad de salvaguardar las “Conquistas de la revolución”, de derrotar a Franco para combatir mejor a Largo Caballero después, de cubrirse con los galones de la revolución partiendo para los frentes militares. Los acontecimientos de Barcelona han dado una confirmación lúgubre a nuestras posiciones primitivas, y el Frente Popular (en el que se han integrado los anarquistas y el POUM) se ha arrojado sobre los obreros insurgentes del 4 de mayo de 1937 con una crueldad igual a la de Franco.

Las vicisitudes de las batallas militares han sido otras tantas ocasiones para el gobierno republicano para reforzar su control sobre los explotados. A falta de una política consciente y de clase para la derrota militar, los éxitos, como las derrotas militares del ejército republicano, han sido utilizados por el enemigo con el sólo objetivo de masacrar obreros. En Badajoz, Irún, Toledo y San Sebastián, la derrota republicana representaba la entrega a Franco por parte del Frente Popular de los destacamentos de los proletarios desarmados, que así podía exterminarlos, mientras que, de modo automático, el gobierno republicano se aprovechaba de la derrota para consolidar los lazos de la Unión Sagrada bajo el pretexto de que un ejército centralizado y disciplinado era necesario para vencer la guerra antifascista. Por otra parte, la resistencia victoriosa de Madrid contra Franco, aportaba la ocasión a Largo Caballero y Companys para un primer ataque del Frente Popular que pudo desembarazarse de sus servidores de ayer, el POUM, y preparar el ataque del 4 de mayo de 1937. La caída de Málaga estrechó nuevamente las sanguinarias filas de la Unión Sagrada, siendo la victoria militar (de los republicanos) de Guadalajara la que abre el periodo que debía concluirse con la carnicería del 4 de mayo en Barcelona. En todas partes se gritaba el Plan de la Victoria, habiéndose preparado el ataque del 4 de mayo en una atmósfera de borrachera de guerra antifascista.

Entre tanto, en todos los países, la guerra del capitalismo contra el proletariado en España alimentaba la cruel represión contra los obreros. Los muertos fascistas y antifascistas de España llevaban consigo a su tumba a los asesinados en Moscú, a los ametrallados en Clichy (Francia); mientras que evocaban la hecatombe de los proletarios antifascistas, los traidores han impulsado a los obreros de Bruselas a coaligarse, a formar un bloque con su capitalismo en las elecciones del 11 de abril de 1937. “Armas para España”, tal ha sido la consigna central que los obreros de todos los países han escuchado de sus traidores ¡Y estas armas han disparado sobre los obreros de Barcelona! Rusia, que había enviado las armas para los éxitos de la guerra antifascista ha representado el armazón capitalista para la masacre reciente. A las órdenes de Stalin, que baboseó su rabia anticomunista el 5 de marzo, el PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña - PCE Catalán) de Cataluña tomó la iniciativa de la masacre. Una vez más, como en 1914, las armas debían servir al capitalismo para que los obreros maten a sus hermanos de clase, en lugar de servir para la destrucción del régimen de opresión capitalista.

 

¡PROLETARIOS!

Los obreros de Barcelona han retomado, el 4 de mayo de 1937, el camino que habían abierto el 19 de julio, de donde les había podido expulsar el capitalismo apoyándose en el Frente Popular y en todos sus anexos. Han hecho huelga en todas partes, incluso allí donde les fueron representadas por los traidores como “conquistas de la revolución”. Han luchado contra el gobierno de Franco. Y el gobierno republicano ha respondido con tanta salvajada como lo ha hecho Franco en Badajoz e Irún, mientras que el gobierno de Salamanca, de hecho, no se ha aprovechado del debilitamiento del Frente de Aragón para desencadenar un ataque militar, porque sintió que su cómplice de izquierda hacía, admirablemente bien, el trabajo de verdugo contra el proletariado.

Extenuado por diez meses de guerra y de colaboración con la burguesía, cuyos artífices han sido la CNT y la FAI y el POUM, el proletariado de Barcelona ha sufrido una derrota terrible. Pero esta derrota es también una etapa de la victoria del proletariado, un momento de su emancipación, porque marca el final de todas las ideologías que habían permitido al capitalismo salvar su régimen resquebrajado por el gigantesco sobresalto proletario del 19 de julio.

Los proletarios caídos el 4 de mayo no pueden ser reivindicados por ninguna de las organizaciones que, el 19 de julio, permitiendo la extirpación del proletariado de su terreno de clase, y arrojándolo en el terreno opuesto, en el del capitalismo y del antifascismo, preparó así el 4 de mayo de 1937.

Los proletarios caídos pertenecen al proletariado y únicamente a éste. Estos proletarios representan las membranas del cerebro de la clase obrera mundial y del partido de clase de la revolución comunista.

Los obreros del mundo entero se inclinan sobre los muertos y levantan los cadáveres contra los traidores: los de ayer como los de hoy. El proletariado mundial saluda, en Berneri, a uno de los suyos, y su inmolación sobre el ideal anarquista, su cadáver, es una protesta contra una escuela política que se ha hundido en el curso de los acontecimientos de España: es bajo un gobierno con participación anarquista bajo el que ha repetido la política, sobre el cuerpo de Berneri, las gestas de Mussolini sobre el cuerpo de Mateotti.

 

¡PROLETARIOS!

La masacre de Barcelona es la guía para represiones aún más violentas contra los obreros de España y de todo el mundo, pero ese es, además, el signo anunciador de tempestades sociales en otros países. El capitalismo ha debido consumir, en sólo diez meses, el capital que tenía en reserva para emplearlo con el fin de demoler al proletariado y de desbaratar el trabajo que éste realiza para fundar, a través de su partido de clase, el arma de su emancipación y de la construcción de la sociedad comunista. Centrismo y anarquismo han alcanzado a la socialdemocracia: han llegado, en España, al término de su evolución, como la Segunda Internacional, que fue reducida al estado cadáver por la guerra de 1914.

Una batalla internacional y en el frente capitalista se ha librado en España: la del fascismo y del antifascismo, una batalla que, por haberse desarrollado a través de la forma extrema de las armas, revela además una tensión extrema de las relaciones de clase a escala internacional.

Los muertos de Barcelona desbrozan el terreno para la construcción del partido de mañana de la clase obrera. Todas las fuerzas políticas que han llamado a los obreros a luchar para sacar la lucha por la revolución desde dentro de una guerra del capitalismo contra el proletariado, sin romper con esa guerra, ya se encuentran TODAS en la otra parte de la barricada y, ante los obreros de todo el mundo se abre el luminoso horizonte en el que los muertos de Barcelona han escrito con su sangre una nueva página que se añade a las que escribieron los muertos de 1914/18: la lucha de los obreros es proletaria con la sola condición de que se dirija contra el capitalismo y contra su estado, sirviendo a los intereses del enemigo si no se dirige contra el capitalismo en todo instante; se convierten en instrumentos del enemigo si estos no se mantienen en oposición constante contra él, en todos los campos y en todos los organismos que las situaciones hacen surgir.

El proletariado mundial luchará contra el capitalismo incluso cuando éste pase a la represión contra sus servidores de ayer. Es la clase obrera y jamás su enemigo, la que está encargada de ajustar las cuentas con los que han plasmado y reflejado una fase de su evolución, un momento de la lucha por la emancipación de la esclavitud del capitalismo.

La batalla internacional del capitalismo contra el proletariado que se está llevando a cabo en España abre un nuevo capítulo internacional de la vida de las fracciones (de las oposiciones de izquierda) en todos los países. El proletariado mundial que continúa combatiendo contra los constructores de internacionales, sabe que puede fundar estos organismos únicamente cuando las situaciones determinan un desbarajuste de las relaciones de clase, abriendo así la vía para la revolución comunista. Pero el proletariado mundial, en el frente de una batalla internacional que anuncia el estallido de tormentas revolucionarias en otros países, siente que ha llegado el momento de preceder a la construcción del primer lazo internacional de las fracciones de la izquierda comunista.

 

¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES!

Vuestra clase es invencible, representa el motor de la evolución histórica; los acontecimientos de España lo prueban ya que es sólo ella la que ha formado el correo de los acontecimientos que han conmocionado al mundo entero. No es la derrota lo que os puede desmoralizar: de esta derrota sacaréis las enseñanzas para la victoria de mañana.

¡Sobre vuestras bases de clase reconstruiréis vuestra unidad más allá de las fronteras y contra todas las mistificaciones del enemigo capitalista!

¡Contra las tentativas de compromisos para acabar la guerra en la “paz social” de la explotación capitalista, responded con la confraternización de los explotados de los dos ejércitos, por la lucha simultánea contra el capitalismo!

¡Alzándose por la lucha revolucionaria en todos los países!

¡Viva los proletarios de Barcelona, que han escrito, con su sangre, una nueva página del libro de la Revolución Comunista!

¡Adelante, por la reconstrucción del Bureau Internacional de las fracciones de izquierda en todos los países!

Levantemos el estandarte de la revolución comunista, que los verdugos fascistas y antifascistas son incapaces de destruir. Los proletarios caen en todos los países para transmitir el estandarte de la revolución a sus hermanos que continúan la lucha. ¡El capitalismo ha trinchado, ha cortado, centenares de manos que lo llevaban en Barcelona!

¡Seamos dignos de nuestros hermanos caídos!

¡Viva la revolución comunista en el mundo!

 

(Las Fracciones Belga e Italiana de la Izquierda Comunista Internacional)

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“El Comunista” / “Per il Comunismo” / “The Internationalist Proletarian”

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