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¡Proletarios del mundo, uníos!

 

EL CULPABLE DE LA DESTRUCCIÓN DEL MEDIO AMBIENTE ES EL CAPITALISMO

 

Los problemas de la contaminación, la desertización creciente, el deshielo de los polos, etc. llevan tiempo presentes y profundizándose, pero ahora estamos ante una plena oleada mediática al respecto y esto no es exactamente casualidad. Es imposible no ver detrás de ello la manifestación de los choques económicos entre distintos grupos de la burguesía mundial. Sin embargo, sin perjuicio de estos intereses económicos, LA REALIDAD DRAMÁTICA ES QUE EL CAPITALISMO ESTÁ DESTRUYENDO LA VIDA EN EL PLANETA.

En la sociedad capitalista, el principio motor y el fin último es la GANANCIA, que sólo se obtiene de la EXPLOTACIÓN del trabajo asalariado (y mientras subsista la propiedad privada, el intercambio y el dinero estaremos en pleno capitalismo).

¿Qué hace que se produzcan los productos para que se estropeen en un tiempo determinado (obsolescencia programada) y que exista la publicidad con todas las enfermedades que produce (anorexia, bulimia, vigorexia, consumismo, etc.)? La necesidad de obtener GANANCIA. Si los productos no se estropean, no se pueden vender más ejemplares ni los siguientes modelos.

¿Qué hace que nos aglomeremos en concentraciones urbanas que constituyen auténticas bombas de contaminación medioambiental? La necesidad de las empresas de disponer de una gran masa de mano de obra para obtener GANANCIA de ella, junto con la imperiosa necesidad de esta mano de obra de encontrar trabajo allí donde lo hay.

¿Qué ha producido las recientes inundaciones en el Estado español? El clima, se dirá. Pero no es sólo la alteración del clima. Es la falta de mantenimiento de los arroyos y ríos, la construcción en sitios de paso del agua donde se aloja sobre todo la población más pobre, etc. lo que determina la amplificación destructiva de sus consecuencias.

¿Por qué no se mantienen limpios? Porque no arroja ganancia. Es mucho más rentable dejar que suceda la tragedia y luego dar paso al gran negocio de la reconstrucción. Este negocio de reconstrucción arroja una GANANCIA mucho mayor y está detrás de la mayoría de guerras actuales (además de la lucha por el control del mundo).

¿Qué produce los recientes incendios en el Estado español? Otra vez la falta de mantenimiento y limpieza de los bosques. Pero vayámonos al otro lado del mundo: ¿Qué produce los recientes incendios en el Amazonas? La sed de GANANCIA es la que lleva a incendiar el Amazonas para crear áreas de cultivo y minerales.

Pero hay otra destrucción mayor si cabe y es la GUERRA. El capitalismo lleva a sus espaldas dos guerras mundiales, con 15 millones de muertos en la primera y 80 millones en la segunda. La obra culminante de la civilización burguesa son las bombas atómicas lanzadas sobre la población de Hiroshima y Nagasaki.

Desde entonces la capacidad destructiva militar no ha hecho más que aumentar, pero no es lo único que ha cambiado. El sistema capitalista está inmerso en una gran crisis de SOBREPRODUCCIÓN relativa de capitales que exige una DESTRUCCIÓN de fuerzas productivas para relanzar otro ciclo de ACUMULACIÓN.

El reparto del mundo realizado en Yalta y Potsdam después de la Segunda Guerra Mundial ha saltado por los aires y los EEUU no dejan de retroceder mientras no dejan de intentar desencadenar conflictos militares en todo el globo, intentando desencadenar la Tercera Guerra Mundial cuando todavía pueden pensar en ganarla. El resto de países imperialistas (UE, China, Rusia, Arabia Saudí, Irán, etc.) también ocupan posiciones e intervienen militarmente en todo el mundo.

El capitalismo está destruyendo el planeta, sí. No sólo esto, sino que amenaza con destruirlo completamente con la Tercera Guerra Mundial. Por tanto, HAY QUE DESTRUIR EL CAPITALISMO PARA QUE NO DESTRUYA EL PLANETA.

El “ecologismo” como ideología específica consiste precisamente en la afirmación de que se puede poner freno a toda esta destrucción conservando el capitalismo, sin abolir el trabajo asalariado y la propiedad privada. Y esto no sólo es falso, sino que es muy útil para todas las empresas y Estados para tratar de desviar la lucha contra la contaminación y destrucción producida por el capitalismo hacia un movimiento que para ellos es inofensivo y que, incluso, puede ser y es,un negocio rentable.

Por esto, no se puede separar la lucha contra la contaminación y destrucción que el capitalismo produce, de la lucha contra el mismo capitalismo, de la reanudación de la lucha de clase. Cualquier omisión de la denuncia del indisoluble y estrecho vínculo entre capitalismo y destrucción del planeta no es otra cosa que COMPLICIDAD con los efectos tóxicos y destructivos del modo de producción capitalista.

Nos repiten por televisión, una y mil veces: el problema del clima afecta por igual a “ricos y pobres”. Nada más conveniente para la burguesía que convencer a la clase obrera de que todos somos iguales ante Dios, ante la Ley y, ahora… ¡ante el Clima!

¿Acaso tienen las mismas condiciones los barrios obreros y los barrios de la burguesía? ¿Acaso estamos sometidos a las mismas condiciones de intoxicación y peligrosidad en los centros de trabajo? ¿Acaso podemos acceder a los mismos tratamientos y medicinas? ¿Acaso la burguesía vive en sótanos donde uno se muere ahogado cuando hay inundaciones? ¿Acaso la comida que puede comprar la clase obrera es la misma que la comida de calidad que puede permitirse la burguesía?

Este mundo burgués se hunde y amenaza con arrastrarnos con él, no tenemos parches o remiendos que ponerle sino una nueva sociedad por la que luchar y vivir. Y no una caricatura de esta con los nombres cambiados (como en Rusia, China o Venezuela) sino una sociedad verdaderamente comunista: sin trabajo asalariado, sin mercado, sin anarquía de la producción, sin propiedad privada, sin Estado, ni crisis ni guerras… en la que “el libre desarrollo de cada uno será la premisa del libre desarrollo de todos” (Manifiesto del Partido Comunista).