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¡Proletarios del mundo, uníos!

 

CONTRA LA OTAN Y TODAS LAS SANTAS ALIANZAS DE LA BURGUESÍA MUNDIAL

 

Se celebra en estas fechas la cumbre de la OTAN en Madrid. Sin lugar a dudas, una cumbre de criminales y asesinos, la cumbre de una organización burguesa terrorista mundial. Y esta cumbre se celebra con un gobierno en el Estado español de falsos “socialistas” y “comunistas” que no son más que los más fervientes lacayos y defensores del sistema capitalista, sus mejores gestores. Hay que denunciar, destruir y pasar por encima de este falso socialismo y falso comunismo, tenemos que recuperar el marxismo.

La crisis avanza y el imperialismo occidental se rearma para tratar de contener y hacer frente a sus competidores. El proletariado explotado en los países de la OTAN debe desear la derrota de su propio país imperialista y actuar en consecuencia. Esta es la única posición internacionalista, el DERROTISMO REVOLUCIONARIO: En tiempos de guerra reaccionaria, una clase revolucionaria no puede dejar de desear la derrota de su gobierno (…) Los socialistas deben explicar a las masas que para ellas no hay más salvación que el derrocamiento revolucionario de “sus” gobiernos.” (El socialismo y la guerra, Lenin, 1915).

Una parte del oportunismo nos quisiera hacer elegir entre EEUU, la UE, Rusia, China, Irán, etc. Debemos rechazar esta trampa, que es la de siempre. La burguesía occidental no es la única que interviene militarmente en todo el mundo mediante tropas regulares, mercenarios y sicarios. La lección de 1871, cuando Prusia liberó al ejército francés para masacrar a la Comuna de París, es válida hoy a nivel mundial: todos los ejércitos del mundo están confederados contra el proletariado.

Igual que en el corazón de todo pequeño burgués late la ambición y la codicia del gran capital, en el corazón de todas las burguesías antiimperialistas de ayer late la ambición y codicia imperialista de sus opresores colonialistas de ayer. Esto no quita el carácter necesario y revolucionario burgués (no proletario) de las revoluciones anticoloniales que tuvieron que romper, junto a las trabas precapitalistas locales, la camisa de fuerza que intentaron coser los imperialismos llegados anteriormente: España, Inglaterra, Francia y ... EEUU. Pero sería de una ceguera supina y una traición al marxismo no ver que las áreas que fueron el escenario de esta lucha anticolonial burguesa son ahora parte integrante del mercado mundial y que las burguesías que dominan en ellas juegan un papel propio en la guerra por el dominio del mercado mundial y el reparto de la explotación del proletariado mundial.

Nuestra posición:(…) figurémonos a un esclavista poseedor de cien esclavos que lucha contra otro, que posee doscientos, por una distribución más “equitativa” de estos esclavos. Es claro que hablar en este caso de guerra “defensiva” o de “defensa de la patria” sería falsear la historia y equivaldría, en la práctica a una simple farsa de los hábiles esclavistas para engañar a la gente sencilla, a los pequeños burgueses y a la gente inculta. (…) Y no corresponde a los socialistas ayudar a un bandido más joven y más vigoroso a que despoje a otros bandidos más viejos y más cebados. Lo que deben hacer los socialistas es aprovecharse de la lucha de los bandidos para derrocarlos a todos.(El socialismo y la guerra, Lenin, 1915).

Así como la Santa Alianza trató de detener la revolución burguesa con una internacional del absolutismo, el mundo capitalista ha fundado tras la segunda guerra mundial sus Internacionales (ONU, OTAN, Aukus, OTSC, BM, FMI, BDI, etc.), para mantener su orden contra la sublevación de las fuerzas productivas y contra su futuro sepulturero, el proletariado.

A pesar del empleo en vastísima escala del camelo democrático, los vencedores militares de la segunda carnicería mundial son los ejecutores testamentarios del contenido social y económico del fascismo: integración de las redes mundiales del capital en organismos que intenten la autolimitación y control de las contradicciones económicas, integración del movimiento sindical en el aparato del Estado para extirpar de raíz hasta el más mínimo impulso de lucha inmediata, organismos centralizados para la represión y la guerra. Este desarrollo del capitalismo ya previsto por Marx en El Capital y explicado por Lenin en El imperialismo, fase superior del capitalismo no sólo no atenúa definitivamente las explosiones económicas, político-militares y sociales, sino que prepara su estallido con potencial destructor y represivo multiplicado.

El juego macabro del oportunismo consiste en hacer creer a la clase proletaria que no puede levantarse para luchar por su propio programa histórico, que no puede dar ni un paso sin apoyarse y someterse a esta u otra fracción de la burguesía o de la pequeña burguesía, sin alquilarse como peón a esta u otra potencia capitalista contra otra considerada peor.

Este es el resumen del oportunismo de hoy y de ayer: localmente, siempre a remolque de tal o cual movimiento social interclasista o consigna democrática; globalmente, siempre alquilados a tal o cual potencia capitalista contra otra supuestamente peor.

Ante el desarrollo del mundo capitalista que hemos descrito, el movimiento de la clase proletaria sólo podrá reanudar su lucha si comprende que no se puede ni se debe llorar el estadio caduco de la tolerancia liberal, de la independencia soberana de las naciones, sino que la historia ofrece sólo una vía para eliminar todas las explotaciones, todas las tiranías y las opresiones: la vía de la acción revolucionaria de clase que, en todo país cualquiera que sea, alinee a la clase obrera contra la burguesía local, con completa autonomía de clase en el pensamiento, organización y comportamiento políticos, en la acción de combate; uniendo las fuerzas de los proletarios de todo el mundo por encima de las fronteras de todos los países – en la “paz” y en la guerra – en un organismo unitario cuya acción no se detenga hasta el completo aniquilamiento de las instituciones del capitalismo.

 

¡POR EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO! 

  • Rechazo a todo nacionalismo: “los obreros no tienen patria” (Manifiesto del Partido Comunista, 1848).
  • Rechazo a la solidaridad con la economía de la empresa y con la economía “nacional”.
  • Derrotismo revolucionario contra la propia burguesía en tiempos de guerra comercial o militar.
  • Organización conjunta e internacional de los proletarios de todas las lenguas en el Partido Comunista Internacional para la revolución comunista a escala mundial.

 

¡ABAJO EL CAPITALISMO CRIMINAL Y ASESINO!

PARTIDO COMUNISTA INTERNACIONAL – “EL COMUNISTA” – junio 2022 – pcielcomunista.org – @pcielcomunista

 

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