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Contra el interclasismo en la "cuestión femenina" III

 

En las revistas “El Comunista” nº55 (abril 2015) y “El Comunista” nº57 (mayo 2016) publicamos la primera y segunda parte del artículo “Contra el interclasismo en la cuestión femenina”.

Desde la publicación de estos dos artículos hasta la fecha, la burguesía a nivel mundial ha incrementado claramente su apuesta por el feminismo como ideología de la conservación del sistema, defendiéndolo institucionalmente y haciéndole propaganda con todos sus medios.

Una de sus manifestaciones es la convocatoria de la llamada “huelga feminista” del 8 de marzo de 2018, a cuyo análisis dedicaremos ésta y las siguientes partes del análisis de clase sobre la cuestión femenina que venimos desarrollando.

Antes de adentrarnos en materia, creemos necesario recordar lo siguiente:

Es tesis central del marxismo y del materialismo histórico que   En   la   producción   social   de   su   vida   los   hombres establecen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a una fase determinada de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia.(K. Marx, Prefacio a la contribución de la crítica a la economía política)

A través del arco histórico que va desde el comunismo primitivo hasta  la presente sociedad, las relaciones sexuales y familiares es decir, las relaciones de reproducción – no han sido nunca estáticas, así como tampoco lo ha sido la posición que han ocupado los individuos de ambos sexos en las relaciones de producción y reproducción en los diversos modos de producción y en las diversas clases sociales que han existido, sino que se han ido transformando con el desarrollo de las fuerzas productivas amoldándose a cada nivel de desarrollo. De este modo, en el comunismo primitivo, enmarcado en un período de escasez en el que las tareas reproductivas estaban en el centro de la vida colectiva por ser lo que aseguraba la subsistencia del grupo, regía el matriarcado que tuvo que dejar paso – con el nacimiento de la propiedad privada, el intercambio y la esclavitud fruto del desarrollo de la ganadería y de la agricultura a mayor escala y al peso que adquirieron en las relaciones de producción – a la familia patriarcal como forma intermedia y a la familia monógama como forma plenamente acorde con la propiedad privada, lo que conllevó la ruptura del hogar comunista, su fragmentación y aislamiento; estas relaciones familiares a su vez, en la época actual, han sido disueltas forzosamente para la clase obrera por el capitalismo.

Por lo tanto, los marxistas no reconocemos una “naturaleza humana” inmanente, ni de los “hombres” ni de las “mujeres”, indestructible, independiente del grado de desarrollo de las fuerzas productivas y de los modos de producción. Afirmar lo contrario es tirar a la basura todo el marxismo. “Marx ya había hecho tragar estas supersticiones sobre la «naturaleza humana» al paridor de sistemas Proudhon. La frase es tan breve como bien acuñada: El señor Proudhon ignora que la historia entera no es más que una continua transformación de la naturaleza humana. Bajo esta maciza piedra sepulcral pueden dormir cien batallones de idiotas    antimarxistas    pasados,    presentes    y    futuros.”. (Fundamentos del Comunismo Revolucionario, 1957)

En la sociedad actual, las relaciones de producción capitalistas tienen su fundamento en la explotación del trabajo asalariado. La clase obrera, desposeída de los medios de producción tiene que vender su fuerza de trabajo para subsistir, siendo una mercancía más en manos del capital.

El capital es un ente impersonal que pone a su servicio tanto a hombres como a mujeres. Éstos actúan según la posición que ocupen en las relaciones de producción.

El capitalismo y la gran industria han sacado a la mujer, como mínimo a la proletaria, del ámbito doméstico para explotarla como asalariada.

Mientras exista el capitalismo y el trabajo asalariado la gran masa de las mujeres y de los hombres, la clase proletaria, estará condenada a ser una mercancía, a ser un instrumento de producción más al servicio del capital. Es imposible por lo tanto “emancipar a la mujer” de su carácter de mercancía sin abolir el carácter general de mercancía de todos los trabajadores y sin abolir el carácter mercantil capitalista de las relaciones de producción y reproducción actuales. Y esto sólo es posible mediante la revolución proletaria internacional dirigida por el partido comunista.

Sólo bajo las premisas de la abolición del trabajo asalariado y de la propiedad privada se podrán socializar los medios de producción y reproducción poniendo fin a la condición de instrumento de producción y de sumisión de la mujer.

Tarea y función de la militancia comunista es la de luchar contra todo intento de dividir a la clase obrera y de asimilar a las mujeres explotadas con las mujeres explotadoras denunciando todas las campañas que pretendan igualar a la clase explotada con la clase explotadora y que por lo tanto pretenden ocultar la solución radical a las miserias y explotación de la clase obrera los medios para su consecución, eso es la revolución comunista internacional y la dictadura del proletariado.

Objetivo de la presente serie de artículos es demostrar que:

  • El feminismo es un movimiento interclasista burgués que como todo movimiento interclasista pretenderá vestirse de “obrero” para atraer a su seno y desclasar a las masas
  • El feminismo además de ser una ideología burguesa es una ideología sexista. Cualquier tipo de segregación de la clase obrera es incompatible en términos absolutos con el movimiento proletario y con la lucha por el comunismo, o sea, por la vida colectiva como especie
  • Por lo tanto, las organizaciones obreras, no sólo el Partido de Clase del proletariado, sino también las organizaciones económicas de la clase obrera, deben rechazar todo tipo de sexismo en su seno, y eso incluye el rechazo al feminismo

La llamada "huelga feminista" del 8M

A nivel del Estado Español, este 8 de marzo de 2018, el movimiento feminista convocó la llamada “huelga feminista”.

La convocatoria de esta “huelga” se realizó inicialmente por parte del autodenominado movimiento feminista reunido en un congreso en Zaragoza en enero de este año.

Todos los medios de comunicación burgueses se hicieron eco de esta convocatoria. Todas las telepredicadoras del capital se sumaron a la “huelga”, desde Ana Rosa Quintana hasta la reina Letizia Ortiz (hay que saber que la reina cobra “sólo” 130.092€ anuales, la mitad que el rey Felipe VI que tiene   un   sueldo   anual   de   236.544€…).   Los   telediarios, programas de radio, televisión, la prensa burguesa se dedicaron machacona e insistentemente casi las 24 horas del día durante los meses previos al 8 de marzo a hacer publicidad y avalar los motivos por los que se realizaba “la huelga feminista”.

El movimiento feminista recogió estos motivos en un argumentario titulado ¡Hacia la huelga feminista! en el que exponían en diferentes apartados (violencias, cuerpos, fronteras, economía) los motivos y objetivos de la “huelga feminista”. Al final del argumentario definían los cuatro tipos de “huelga” que se realizarían el día 8 de marzo: huelga de cuidados, huelga laboral, huelga de consumo y huelga estudiantil.9 A esta convocatoria, así como a su argumentario, se sumó y sometió todo el oportunismo sindical: desde CNT y CGT que convocaron un paro laboral todo el día 8 de marzo, hasta CCOO y UGT que convocaron paros parciales para el día 8 de marzo. Su participación era necesaria para poder convocar legalmente la “huelga” en el ámbito laboral.

Al margen de esta ciénaga de oportunismo sindical sometido al movimiento burgués feminista, encontramos en el Sindicato SUT (Solidaridad y Unidad de los Trabajadores) un posicionamiento de clase independiente de la política pequeñoburguesa y burguesa en relación al día 8 de marzo.10

En la última parte de esta serie de artículos nos detendremos en el posicionamiento tanto de este sindicato de clase como del del oportunismo sindical.

En esta parte del artículo iniciaremos el análisis del argumentario    de    ¡Hacia    la    huelga    feminista!    que consideramos útil realizar ya que a este argumentario se adhirieron todas las asociaciones y grupos feministas.

Necesariamente, deberemos remitirnos a la primera y segunda parte de este artículo en las que ya realizamos una crítica marxista de varios de los argumentos del feminismo, que dicho movimiento vuelve a repetir hasta la saciedad como un salmo religioso.

Transcribimos algunos extractos de la carta de presentación del argumentario feminista de “¡Hacia la huelga feminista!:

Es una huelga que va más allá de lo que se identifica como paro laboral porque la participación de las mujeres es nuclear en todas las esferas de la vida. Una huelga de mujeres en la que podremos reflexionar colectivamente qué pueden hacer todos y cada uno de los hombres para cambiar una situación sobre la que se deberían haber manifestado ya contrarios a ella (…) Practicamos un feminismo interseccional porque sabemos que estamos atravesadas por desigualdades y precariedades que nos sitúan en lugares muy diversos frente al patriarcado, el trabajo asalariado, los cuidados, el consumo, el ejercicio de nuestros derechos, la formación y la participación ciudadana, por las diferencias que atravesamos alguna de nosotras según la procedencia, clase, la edad, la orientación sexual, la identidad de género y habilidades. Pero la huelga es de todas, hay un hueco para todas y cada una de nosotras en nuestra huelga feminista del 8M. (…) Nos convocamos todas a esta huelga que tiene sus antecedentes en la tragedia que supuso para nuestras hermanas que fueron asesinadas, quemadas, acusadas  de  brujas,  para  perpetuar  el  control  demodelo social y económico masculino, que se sentía amenazado. (…) Porque somos antimilitaristas y estamos contra las guerras, y las fronteras, contra los Estados autoritarios y represores que imponen leyes mordaza y criminalizan la protesta y la resistencia feminista. (…) Queremos ocupar el espacio público, reapropiarnos de la decisión sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, reafirmar la fuerza política de las mujeres, lesbianas y trans y preservar el planeta en el que vivimos. (…) Y por eso el 8M pararemos nuestro consumo, el trabajo doméstico y los cuidados, el trabajado remunerado y nuestros estudios, para demostrar que sin nosotras no se produce, y sin nosotras no se reproduce.”

La carta de presentación de la “huelga feminista” deja claro desde la primera página que se trata de un movimiento interclasista, pacifista, que considera que el trabajo asalariado es trabajo totalmente remunerado y que pretende promover el poder político de las “mujeres”.

Como es habitual en los movimientos interclasistas y de la pequeña burguesía, tratan de arrebatar al movimiento obrero sus métodos y sus consignas, pero deformándolos y devolviéndolos así esterilizados y pervertidos a la clase obrera, inutilizándolos como arma de lucha de clase. El empleo de la palabra “huelga” al montaje diseñado por la Patronal a través del movimiento feminista para el 8 de marzo de 2018 es exactamente esto: se toma el concepto de huelga (arma esencial de la lucha de clase) para “redefinirlo”, desclasarlo, separarlo de su medio (la lucha de los asalariados contra la Patronal y su Estado). Los objetivos y resultados son varios, escalonados: como primer resultado se logra una aureola combativa para el movimiento interclasista difuminando con la terminología escamoteada a la lucha de clase precisamente su naturaleza interclasista, como segundo resultado se reintroduce (a través de las ramificaciones del aparato del social-oportunismo sindical y parlamentario en el seno de la clase obrera, de la ciénaga universitario-estudiantil y de los medios de comunicación) al movimiento obrero la terminología escamoteada con una confusión completa de su significado y objetivos, dificultando así su uso para la lucha de clase.

En su definición de “huelga” que supera el “paro laboral”, el movimiento feminista llama a la “huelga de mujeres”. Dicho de otro modo y aunque sea una obviedad: los individuos de la sociedad de sexo femenino están llamados a la “huelga”, los de sexo masculino no.

A  la  huelga  feminista  están  llamadas  TODAS  las mujeres para organizarse conjuntamente por encima de las diferencias de clase que pueda haber entre ellas (Pero la huelga es de todas, hay un hueco para todas y cada una de nosotras en nuestra huelga feminista del 8M). A este interclasismo flagrante, la imaginación al poder típica de    la    pequeña    burguesía    lo    denomina:    feminismo interseccional.   Interseccional   suena   más   alternativo   que interclasista, ciertamente, pero significa exactamente lo mismo. La pretensión de este “feminismo interseccional” en el que caben TODAS las mujeres de TODAS las clases es conseguir que las mujeres de la clase obrera y explotada hagan bloque con sus explotadoras, agentes del capital, políticas burguesas, pequeñas burguesas, estudiantes universitarias que quieren hacer carrera... El feminismo interclasista (no lo hay ni lo puede haber de clase tampoco), queremos decir “interseccional”, se encarga sin embargo de especificar que son conscientes de la distinta suerte que todas y cada una de sus integrantes tiene según la clase social, pero es sólo para reafirmarse en que hay un hueco para todas las mujeres, también para las explotadoras. Este discurso no es nuevo, es el que ha venido propagando el fascismo clásico de la Falange en sus carteles propagandísticos llamando a la unidad de las niñas de hoy y las mujeres de mañana, unidas sin distinción de clases. (ver cartel)

 

(cartel de la organización fascista “Falange Española”)

Es muy significativo que el “feminismo interseccional” que parasita el día de la mujer proletaria para sus experimentos sexistas e interclasistas, haga un esfuerzo consciente para ocultar el origen de clase de este día: ni una referencia al asesinato de las trabajadoras en huelga encerradas en una fábrica en Estados Unidos, ni a la proclamación del 8 de marzo como día de lucha de la clase obrera por parte de la II Internacional y después por parte de la III Internacional.

En lugar de estos, las feministas interclasistas interseccionales han descubierto el verdadero origen del 8 de marzo en la caza de brujas de los siglos XIV-XVI en Europa, convenientemente manipulada y sesgadamente adaptada para el consumo de la pequeña burguesía del siglo XXI, de lo que daremos cuenta en un trabajo específico que publicaremos más adelante. Baste con hacer notar aquí que a las feministas interclasistas interseccionales les es más simpática evidentemente la pequeña burguesía embrionaria de la Edad Media que el proletariado revolucionario en el capitalismo (sin perjuicio de vestirse con el ropaje de este último siempre que sea pertinente o necesario a sus intereses).

En su carta de presentación dejan claro también su pacifismo antimilitarista pequeñoburgués, del que ya realizamos una crítica en la primera parte de este artículo recordando a las heroicas luchadoras de la Comuna y contraponiendo a este pacifismo pequeñoburgués el programa militar  de  la  revolución  proletaria  por  el  que  las  mujeres proletarias no contemplarán pasivamente como la burguesía, bien armada, ametralla a los obreros, mal armados o inermes. Tomarán las armas, como en 1871, y de las asustadas naciones de ahora, o mejor dicho, del actual movimiento obrero, desorganizado más por los oportunistas que por los gobiernos, surgirá indudablemente, tarde o temprano, pero de un modo absolutamente indudable, la unión internacional de las   horribles   naciones   del   proletariado   revolucionario (Lenin, 1916). Pacifismo, hay que notarlo, que los movimientos interclasistas pequeñoburgueses dejan de lado en cuanto se trata de defender los negocios de la patria burguesa como veremos más adelante.

No se esconden tampoco de su pretensión a reafirmar la fuerza política de las mujeres que no es más que un eufemismo para decir que quieren formar parte del Estado burgués capitalista, y eso se traduce en ocupar puestos y cargos y vivir chupando la sangre y vida del proletariado... incluida la de las mujeres proletarias a las que dicen pretender defender.

Según hemos visto en su “argumentario”, en la concepción feminista no existe el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo sino el “modelo social y económico masculino”. Consecuentemente con esto, la burguesía y su órgano represivo de clase, eso es, el Estado capitalista burgués, resultarán más justos si los representan rostros femeninos. A nadie se le escapará que las instituciones burguesas son ocupadas también por mujeres de la burguesía en las consejerías, ayuntamientos, ministerios de defensa, ministerios de trabajo, presidencias del gobierno, sin ningún cambio en su naturaleza de órganos de dominio del capital; y que la cifra de mujeres en los órganos de opresión y represión burgueses va en aumento: Las mujeres representan ya el 64 por ciento de los jueces y magistrados en activo menores de 50 años mientras que la situación se invierte en el tramo de edad comprendido entre los 51 y los 72 años, en el que más del 60 por ciento de los miembros de la Carrera Judicial son hombres. (Consejo del Poder Judicial, 04-04-2017).  Podemos escuchar a las feministas llamar la atención sobre este otro fragmento del mismo artículo del Consejo del Poder Judicial: “de los 490 magistrados que integran los diecisiete Tribunales Superiores de Justicia, 313 son hombres y 177 mujeres. ¡Ajá! He aquí el modelo social y económico masculino… Pero cualquier obrera que piense y que haya vivido aunque sea de pasada lo que significa el sistema judicial para la clase obrera se dará cuenta de que igual que dicho sistema ha seguido siendo un instrumento de represión y de estafa para los trabajadores cuando sus agentes (juezas, letradas de administración de justicia, etc.) han sido mujeres en los órganos de instancia, lo seguirá siendo cuando la mayoría de los miembros de los Tribunales Superiores de la burguesía sean mujeres (lo cual es sólo cuestión de tiempo y perfectamente compatible con el capitalismo).

Esta típica concepción pequeñoburguesa de que un cambio de rostros (o de genitales) en el gobierno hará cambiar la suerte del capitalismo para volverlo más “humano” ha sido refutada mil veces por el marxismo. La verdadera esencia del parlamentarismo burgués es decidir cada cierto número de años qué miembros de la clase dominante han de oprimir y aplastar a la clase obrera en el parlamento” (Lenin). “El Gobierno del estado moderno no es más que una junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa.” (Manifiesto del Partido Comunista, 1848)

Recordemos qué decía Lenin:

La república democrática es la mejor envoltura política que puede revestir el capitalismo, y por lo tanto el capital, al dominar esta envoltura, que es la mejor de todas, cimienta su poder de un modo tan seguro, tan firme, que ningún cambio de personas, ni de instituciones, ni de partidos, dentro de la república democrática burguesa, hace vacilar este poder.” (El Estado y la revolución, Lenin)

Precisamente, este es el objetivo del movimiento feminista: no hacer vacilar este poder…sino… ¡encaramarse a él con la ayuda del proletariado narcotizado con la metafísica de la lucha de sexos!

¿Acaso esto es nuevo? Desde la constitución política de la burguesía tras la revolución francesa, las mujeres de la clase dominante no iban a quedarse al margen de la gestión y explotación del nuevo manantial de riquezas. Así se expresaba la burguesa Olympe de Gouges en su “Declaración de los derechos  de  la  mujer  y  de  la  ciudadana”  en  1791:  Las madres, hijas, hermanas, representantes de la nación, piden que se las constituya en asamblea nacional. Por considerar que la ignorancia, el olvido o el desprecio de los derechos de la mujer son las únicas causas de los males públicos y de la corrupción de los gobiernos.

¿Nos suena este discurso? Si se da rienda suelta a los derechos de la “mujer” (que en boca de las feministas interclasistas interseccionales serían todas las mujeres pero sobre todo las menos pudientes, mientras que en la realidad se ha tratado siempre de las mujeres de la burguesía y pequeña burguesía) se acabará la corrupción y la maldad capitalista, ¿y cuáles  son  estos  derechos?:  El  objetivo  de  toda  asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles de la Mujer y del Hombre; estos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad (…) el ejercicio de los derechos naturales de la mujer sólo tiene por límites la tiranía perpetua que el hombre le opone; estos límites deben ser corregidos por las leyes de la naturaleza y de la razón (…) Las propiedades pertenecen a todos los sexos reunidos o separados; son, para cada uno, un derecho inviolable y sagrado; nadie puede ser privado de ella como verdadero patrimonio de la naturaleza (…) La ley debe ser la expresión de la voluntad general; todas las Ciudadanas y Ciudadanos (…) deben ser igualmente admisibles a todas las dignidades, puestos y empleos públicos, según sus capacidades y sin más distinción que la de sus virtudes y sus talentos.¡He aquí el quid de la cuestión!: la mujer burguesa quiere su derecho natural a la propiedad…y la tiranía del hombre burgués le impide obtenerlo. ¡Leyes a favor de los derechos de propiedad, seguridad y libertad para las mujeres burguesas! ¡Abajo el patriarcado opresor diría en la actualidad el feminismo! ¿Pero acaso estos derechos serán los mismos para todos los hombres y mujeres de la sociedad?: La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden estar fundadas en la utilidad común”.

Aquí nuestra burguesa clásica es menos hipócrita que las feministas del siglo XXI que ocultan su defensa de las distinciones sociales fundadas en la utilidad común, es decir, según la posición que se ocupe en las relaciones de producción capitalistas. El mismo año (1791) la burguesía revolucionaria francesa prohibía los sindicatos obreros mediante una ley que declaraba que si: ciudadanos de la misma profesión, industria u oficio se confabulan y ponen de acuerdo para rehusar conjuntamente el ejercicio de su industria o trabajo o no prestarse a ejercerlo más que por un determinado precio, estos acuerdos y confabulaciones... serán considerados como contrarios a la Constitución y como atentatorios a la libertad y a los Derechos del Hombre, etc." (Citado en El Capital, Tomo I, cap. XXIV, Karl Marx) (nótese que habrían sido igualmente atentatorios de los burgueses Derechos de la Mujer); un año después, Mary Wollstonecraft publicaría la “Vindicación de los derechos de la mujer” (1792), aplaudido por la prensa burguesa (Analytical Review, General Magazine, Literary Magazine, New York Magazine, y Monthly Review, entre otros), en el que proponía un plan de educación nacional de los niños y niñas (juntos) según su clase social.

Estas son las reivindicaciones de las mujeres de la burguesía desde hace más de 200 años y los motivos de fondo que el feminismo ha ido refinando y moldeando y que, actualmente, contrariamente a lo que sucedía en 1791, la burguesía en su conjunto (ambos sexos) y como CLASE ha adoptado para poder desclasar al proletariado, castrando el ODIO de clase hacia el capitalismo criminal con el fin de no hacerlo vacilar.

Por eso, el argumentario señala, como señala todo el movimiento feminista, al patriarcado como el gran opresor de las mujeres. En la segunda parte del artículo publicada en El Comunista nº57 ya analizamos el arco histórico del comunismo primitivo hasta la sociedad capitalista a partir del texto fundamental El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado para poner de relieve que en el capitalismo ya no existen las bases materiales que permitieron el patriarcado (organización de hombres y mujeres libres y no libres para el cuidado del ganado bajo la potestad del patriarca).

Recordemos: “El primer efecto del poder exclusivo de los hombres, (en el estadio anterior regía el matriarcado y el derecho hereditario materno dentro de la gens) desde el punto y hora en que se fundó, lo observamos en la forma intermedia de la familia patriarcal, que surgió en aquel momento. Lo que caracteriza, sobre todo, a esta familia no es la poligamia, de la cual hablaremos luego, sino la <<organización de cierto número de individuos, libres y no libres, en una familia sometida al poder paterno del jefe de ésta. En la forma semítica, ese jefe de familia vive en plena poligamia, los esclavos tienen una mujer e hijos, y el objetivo de la organización entera es cuidar del ganado en un área determinada>>. Los rasgos esenciales son la incorporación de los esclavos y la potestad paterna; por eso, la familia romana es el tipo perfecto de esta forma de familia. En su origen, la palabra familia no significa el ideal, mezcla de sentimentalismos y de disensiones domésticas, del filisteo de nuestra época; al principio, entre los romanos, ni siquiera se aplica a la pareja conyugal y a sus hijos, sino tan sólo a los esclavos. Famulus quiere decir esclavo doméstico, y familia es el conjunto de los esclavos pertenecientes a un mismo hombre.” (El Origen de la Familia la Propiedad privada y el Estado, Engels)

El capitalismo tiene como premisa la separación violenta de los productores respecto de los medios de producción (acumulación originaria) y el desplazamiento masivo de poblaciones a través de la expulsión de sus terrenos. El desarrollo capitalista ha eclipsado con la introducción de la industria moderna la ganadería y la agricultura que puedan practicar familias aisladas. El capitalismo ha acabado con la familia patriarcal y las relaciones patriarcales imponiendo la disolución forzosa de la familia para la clase obrera pero manteniéndola interesadamente dentro del ámbito doméstico, imponiendo que todos los miembros de la familia obrera tengan que venderse como esclavos asalariados, estando todos ellos igualmente expuestos al paro forzoso y que la supremacía en las relaciones ya no sea del hombre sino de quien aporta más a la economía familiar (sea la mujer, hijos... hecho que sigue siendo igual de detestable como cuando era mayoritariamente el hombre quien jugaba este papel), mercantilizando cada vez más las labores domésticas (cuidado de los hijos y ancianos, restaurantes, supermercados, compra, limpieza..), sacando a la mujer proletaria del ámbito doméstico para lanzarla a los ejércitos industriales como asalariada, etc.

Y todo esto, por mucho que le pese al feminismo, es una demostración de que el capitalismo desarrolla en su seno las bases para la socialización de los medios de producción y reproducción y, por tanto, las bases de la nueva sociedad que sólo la revolución comunista podrá hacer que se desarrollen en plenitud fuera de esquemas familiares y mercantiles, rompiendo las cadenas que las atan a su carácter mercantil y de economía privada. El anacronismo de querer resucitar al patriarcado muerto y enterrado por el sistema capitalista, señalándolo como responsable de los males de esta sociedad, concretamente de los males de las mujeres (de todas las clases), sólo tiene como objetivo perpetuar este sistema criminal y caduco que es el capitalismo. Recomendamos encarecidamente la lectura y el estudio de la obra de Engels El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado para entender todo este proceso histórico (del que estos artículos no pueden ser más que una síntesis) desde un punto de vista científico.

Adentrándonos ya en el pantano interclasista del argumentario feminista, en el apartado VIOLENCIAS, se nos dice que “1.000 mujeres han sido asesinadas por violencia machista en los últimos 14 años por el hecho de ser mujeres.” Preguntémonos ¿qué resultado lógico se derivaría de que las mujeres sean asesinadas “por el hecho de ser mujeres” por parte de los hombres por la llamada violencia de género? Pues que habría un sexo que oprime al otro, que además según esta afirmación tiene la cualidad intrínseca y eterna de ser oprimido, y, por lo tanto, que la lucha es entre sexos (cuyos integrantes pertenecen a distintas clases sociales), es una lucha interclasista que une a las mujeres de ambas clases y las opone a los hombres de ambas clases.

Por el contrario, si las muertes de las mujeres a manos de su pareja o expareja se engloban dentro de la violencia que se manifiesta en el ámbito doméstico, enfermedad de las sociedades divididas en clases y síntoma en la presente sociedad de la disolución forzosa de la familia para la clase obrera y de su mantenimiento interesado en el ámbito doméstico y en el marco de las relaciones basadas en la propiedad privada, la lucha es entre la clase desheredada y la clase propietaria de los medios de producción y el camino es la eliminación de la propiedad privada y del ámbito doméstico, la reposición de la esfera reproductiva en el centro de la vida social, es decir: el programa de la revolución comunista.

Toda la burguesía a coro (hombres y mujeres) clama en contra de la violencia de género, señalando que la lucha es entre “mujeres” y “hombres”. Es la posición oficial del Estado capitalista español que en La Ley orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género establece en su exposición de motivos que La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad. Se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión (…). La presente Ley tiene por objeto actuar contra la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia.”

El feminismo y el Estado capitalista español están plenamente de acuerdo en la concepción idealista de que las mujeres son asesinadas y oprimidas por los hombres “por el hecho de ser mujeres”.

Es la posición también de la Patronal que, al completo, introduce en los convenios colectivos medidas para ayudar a las víctimas de violencia “de género”, comisiones de igualdad, comisiones anti-acoso, ríos y ríos de tinta llenándose la boca de paternalismo barato hacia las mujeres de nuestra clase a las que se dedica a explotar y a acosar sin ningún miramiento en los centros de trabajo, verdaderos campos de concentración, utilizando para ello tanto a hombres como mujeres que ejercen la labor de policías hacia las y los trabajadores. Hasta Ana Patricia Botín la presidente ejecutiva del mayor banco del estado español (y 12º del ranking mundial), el Banco Santander, ha dado un paso adelante y ha difundido  en  las  redes  un  artículo  titulado:  Por  qué  me considero feminista y tú también deberías (El País, 20-08-18). Qué mayor advertencia para las proletarias que esta toma de posición de la capitana de la burguesía española.

Toda la farándula de Hollywood, correa directa de transmisión de la ideología burguesa, se hace con el discurso y lo introduce en sus galas, en las portadas de sus revistas, en sus películas y series. Ellas, las actrices y empresarias de Hollywood, las que intoxican con sus películas y series el cerebro de la clase obrera inoculando el veneno de la ideología burguesa, incapacitándola para la lucha, introduciendo sueños pequeñoburgueses en cerebros agotados por jornadas de trabajo extenuantes, hacen un llamamiento para la unión de TODAS las mujeres contra los abusos que ejercen contra ellas los magnates y directores de Hollywood… Toda la farándula del Estado español también se suma al discurso, llevándolo a la gala de los Goya con su lema de “más mujeres” y relatando el machismo y sexismo de la industria cinematográfica.

En este ambiente podrido de las altas  esferas, las puñaladas vuelan en todas las direcciones. La actriz y empresaria, Asia Argento, una de las impulsoras de la campaña #metoo es acusada ahora de haber abusado sexualmente de un actor con quien se acostó siendo éste menor de edad: En la versión original de la historia, publicada el domingo por The New York Times a partir de documentos que asegura haber obtenido de forma anónima, Argento acudió ese día a una cita con Bennett, un antiguo actor infantil con el que trabajó una década antes, y en la habitación de hotel se abalanzó sobre él y le obligó a tener sexo. Años después, en noviembre de 2017, el actor le pidió 3,5 millones de dólares por supuestas secuelas psicológicas de aquel encuentro. En abril de 2018, llegaron a un acuerdo por 380.000 dólares, que Argento califica de “ayuda”.” (El País, 24-08-2018)

¿Pero qué hay detrás de este discurso propagado por la burguesía por medio de todos sus altavoces? Por un lado, el interés por trepar en la jerarquía directiva, obtener mejores contratos o sacarse el dinero mutuamente. Por otro lado, miles y millones de subvenciones dirigidas a seguir fomentando, elaborando y dando alas a este discurso interclasista. Además de las subvenciones del Estado, no hay comunidad autónoma, diputación o ayuntamiento que no otorgue subvenciones múltiples: subvenciones para asociaciones, coordinadoras, grupos, partidos parlamentarios, empresas de servicios sindicales, subvenciones destinadas directamente a la pequeña y mediana empresa para planes de igualdad, para contratar a mujeres víctimas de violencia de género

Para muestra un botón. Este es uno de los objetivos de la huelga feminista: “¿para qué hacemos huelga? para que se aplique de forma efectiva la legislación vigente y se dote de recursos suficientes la lucha contra la violencia por parte de la pareja o la expareja, pero también para que se amplíe la definición de violencia machista para abarcar a todas aquellas violencias que sufrimos por el hecho de ser mujeres. Exigimos protección, reparación y justicia.

Precisamente, en reclamación de esta dotación de recursos (eso es, dinero contante y sonante extraído de la carne de todo el proletariado) en el mes de mayo se llamó a una manifestación para reclamar el dinero prometido de los presupuestos:     Organizaciones     feministas,     partidos     y sindicatos han convocado este miércoles concentraciones en más de medio centenar de ciudades para exigir al Gobierno "los 200 millones pactados" para luchar contra la "sangría" de la violencia de género. La reivindicación tiene como lema "Compromiso = Presupuesto. La lucha sigue. Nos vemos en las calles. ¡Ni una menos!". (El País, 17-05- 2018).

¿Acaso este dinero servirá efectivamente para luchar contra la llamada “violencia de género”? Este dinero es un gran negocio para muchas y muchos vividores del cuento y servirá para hacer cursos, estudios, charlas, crear asociaciones, libros, revistas, pagar a las liberadas y expertas universitarias en la materia, para editar libros infantiles desde una “perspectiva de género”, para subvencionar a las empresas… pero no sólo no acabará con la llamada “violencia de género” sino que tiene como objetivo perpetuarla para seguir generando y retroalimentando la ideología burguesa e interclasista de la lucha de sexos (sublimada en una lucha de “géneros”).

Esto es una demostración de que el feminismo no es un movimiento ni siquiera de las “mujeres” de la burguesía, es un movimiento amparado y auspiciado por toda la burguesía y por su Estado. Es un movimiento de clase burgués.

El único camino para acabar con toda la violencia que se da en el ámbito doméstico es socializarlo y ponerlo de nuevo en el centro de la vida colectiva común de la sociedad, pero para ello es premisa necesaria la abolición de la propiedad privada y esto sólo se puede realizar mediante la REVOLUCIÓN PROLETARIA INTERNACIONAL, y no por medio del órgano represivo de la clase burguesa, eso es con los presupuestos del Estado. ¿Significa esto que los comunistas dejan para después de la revolución anticapitalista la lucha contra la violencia doméstica? Ni mucho menos, tanto en el partido de la clase proletaria como en los movimientos de lucha económica del proletariado debe alimentarse una intransigencia absoluta hacia las actitudes propias de las sociedades de clase- entre las que se incluye la violencia doméstica- pero este combate y rechazo sólo son posibles de una forma consecuente en el marco del odio de clase hacia las condiciones existentes, en el marco de la lucha anticapitalista y por el comunismo.

No es casualidad que en los informes elaborados por la burguesía (como los que se pueden consultar del INE) brille por su ausencia cualquier dato sobre la situación laboral y nivel de ingresos de las víctimas y de los denunciados. Resulta evidente que la burguesía no recaba información sobre esto para ocultar la situación de precariedad y miseria absoluta en la que se dan estos abusos, maltratos y asesinatos para que no se desenfoque la cuestión de la opresión del hombre hacia la mujer a una cuestión económica de la cual la burguesía y el sistema capitalista podrían verse señalados como culpables.

En la segunda parte de este artículo publicábamos la cantidad ingente de muertes causadas por el capitalismo reconocidas por la propia burguesía: “2,3 millones de asesinatos laborales por un lado y 437.000 homicidios dolosos,  de  los  cuales  63.600  asesinatos  en  el  ámbito doméstico, por el otro, de los cuales 2/3 partes tuvieron mujeres como víctimas (43.600) y 1/3 hombres (20.000). A esto hay que sumarle los muertos en conflictos militares: 175.000”. Y señalábamos: “De aquí se desprende que el capitalismo es un sistema caduco, que destila violencia por todos sus poros y que es el culpable de todas estas muertes, así como son cómplices de todas ellas quienes defienden o pretenden reformar a este sistema asesino y criminal”.

Volviendo a las cifras que pone encima de la mesa el feminismo en su apartado Violencias (1.000 mujeres han sido asesinadas por violencia machista en los últimos 14 años por el hecho de ser mujeres) vemos que nada se menciona de las muertes citadas más arriba.

No menciona, ni siquiera, las 12.481 mujeres (según datos del INE) que se han suicidado en el Estado español desde el 2002 al 2016, catorce años también. Una media de 800 mujeres al año. ¿Por qué silencian las feministas a todas las mujeres que se suicidan en el estado español? Si el eslogan es “nos queremos vivas”, ¿cómo es que no se han fijado en la cantidad descomunal de mujeres que se quitan la vida por las miserables condiciones en las que tienen que subsistir en el capitalismo? Porque estas muertes no les permiten señalar a los “hombres” como culpables, porque estas muertes son fruto del agobio que genera esta sociedad miserable, porque ni siquiera les permite señalar a la tan cacareada sociedad patriarcal como culpable porque no sólo las mujeres se quitan la vida en esta sociedad sino que los hombres también lo hacen y en cifras altísimas, habiéndose suicidado 39.560 hombres en el mismo período.

Cabría preguntarse también, por qué el Estado capitalista español junto con el movimiento feminista han empezado a dar los datos de asesinatos de mujeres por sus parejas o exparejas en períodos acumulados de varios años y no dar también los datos año por año: Además, Calvo ha precisado que el Ejecutivo, a partir de ahora, va a contabilizar a las fallecidas en este "cómputo global", y no de manera anual como hasta ahora se hacía.” (Europa Press, 10-07-2018).

¿Podría ser porque este tipo de asesinatos está disminuyendo, habiendo tenido su pico más alto en el año 2008 con 76 víctimas mortales y habiendo bajado a 44 en el año 2017? Para mantener el discurso y las subvenciones necesitan las cifras y, si éstas bajan, necesitan de un modo u otro aumentarlas sea por medio de utilizar un rango de años más amplio en el que se incluyan los años con más asesinatos, sea ampliando como se pretende el concepto de “violencia de género” a toda violencia ejercida contra las mujeres (sea o no de su pareja o expareja, tal y como se recoge en el argumentario: para que se amplíe la definición de violencia machista para abarcar a todas aquellas violencias que sufrimos por el hecho de ser mujeres).

Nada mencionan en este apartado tampoco sobre las violencias que se ejercen en el ámbito doméstico contra los hombres, contra los niños y niñas, contra los ancianos o las violencias que ejercen los hijos e hijas contra los padres: “Un total de 3.780 personas de más de 65 años han sido víctimas de violencia entre los meses de enero y octubre, ambos incluidos,  de  2017”. (Europa  Press,  19-02-2018).  “Según los datos recopilados por las Fiscalías de Menores de toda España, anualmente se producen más de 4.000 denuncias de padres contra  hijos,  una  tendencia  regular  en  el  último  lustro.” (Huffingtonpost 10-03-2018). “Maltrato a los hombres, ¿una realidad silenciosa? Según refiere el Informe sobre violencia doméstica del Consejo General del Poder Judicial del 2011 (no se ofrecen datos más recientes), 7 hombres murieron asesinados por sus parejas o exparejas frente a las 62 mujeres en ese mismo periodo. El 25% (1.408) de las denuncias de violencia doméstica de 2011 corresponde a hombres maltratados por sus parejas." (Europa Press 12-06-2017). Es sintomático que el intento de abrir la línea contra el maltrato (016) también a los hombres creara tal revuelo por parte de los colectivos feministas que el Ministerio tuvo que dar marcha atrás  a  la  propuesta:  El  Ministerio  de  Sanidad  ha  dado  un paso atrás y ya no incluirá en el teléfono 016 de atención a mujeres maltratadas el asesoramiento a hombres sobre conciliación, separación, divorcio, custodia de hijos o resolución   pacífica   de   conflictos.   La   inclusión   de   este servicio en el pliego de condiciones del contrato ha provocado una oleada de críticas desde la oposición, asociaciones de mujeres y ex responsables del servicio a lo largo de este martes que han hecho que el departamento que dirige Dolors Montserrat rectifique y abandone la idea.” (El País, 10-01- 2018)

Mucho más sintomático, nada se dice en este apartado tampoco sobre las 56 mujeres asesinadas en accidentes de trabajo o de las 193.479 que sufrieron algún accidente de trabajo en el año 2017. En la misma línea, ni mención hacen de las 18 mujeres asesinadas en los centros de explotación capitalista en los cinco primeros meses de 2018: Entre todos los accidentes producidos en los cinco primeros meses del año, han muerto en total 250 trabajadores, 4 más que en el mismo período del 2017, lo que supone un aumento del 1,6%. La cifra de varones muertos asciende hasta los 232 fallecimientos frente a los 225 de 2017, mientras que la mortalidad en mujeres registra 18 fallecimientos, contra los 21 de 2017”. (Expansión, 22-07-2018)

¿Por qué la burguesía y el feminismo ponen las muertes de mujeres por violencia doméstica (transmutada en “violencia de género”) en el centro? Porque permite identificar el enemigo y la sospecha dentro de la propia clase y en especial dentro de la propia casa. Porque permite unir a las mujeres de la clase obrera a las mujeres “en general”. Porque permite no señalar la pervivencia de la propiedad privada, de la explotación asalariada y del capitalismo en general como el causante de este tipo de violencia y porque permite introducir la división en la clase obrera. El silencio interesado de todas estas muertes y de su verdadero culpable hace del feminismo cómplice de todas y cada una de ellas, constituyéndose como verdadero garante del orden burgués.

No por casualidad uno de los iconos del feminismo es la imagen de Rosie la remachadora, el famoso póster de una obrera con el pelo recogido con un pañuelo, y remangándose la camisa sacando músculo.

Este poster, realizado por el Comité de Coordinación de la industria de guerra durante la II matanza imperialista, con el lema  "¡Podemos  hacerlo!"  (We  can  do  it!),  es  uno  de  los tantos posters que la burguesía norteamericana utilizaba para llamar a las mujeres de la clase obrera y sobre todo de las “clases medias” para cubrir los puestos de los obreros que eran enviados a la segunda carnicería mundial, a trabajar en la industria de guerra y animarlas a dar todo su músculo y esfuerzo para aumentar la productividad…

¿Con   qué   resultado?   Según   la   investigadora   Kelly Guthrie, alrededor de 37.000 mujeres perdieron la vida en accidentes laborales. (…) Otras 210.000 mujeres, agrega Guthrie, sufrieron mutilaciones o invalidez”. (El Mundo, magazine, 28-03-2004). ¡Este es el icono del feminismo: el llamamiento de la burguesía estadounidense a las mujeres para garantizar el oxígeno que este sistema criminal necesita y que le llega a sus pulmones por medio de las matanzas imperialistas! Pacifismo burgués consecuente este del feminismo que lo inocula a las proletarias explotadas llamándolas a abrazarse con sus explotadoras mientras erige como su icono el llamamiento burgués a las proletarias a producir para la industria de la II matanza imperialista…

No por casualidad tampoco, el feminismo erige también como su icono indiscutible al movimiento sufragista. Movimiento que luchaba para que las mujeres propietarias pudiesen votar dentro del marco del sufragio censitario, es decir, restringido a los propietarios. Este movimiento burgués, la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU) durante la primera guerra mundial, defendió patrióticamente los intereses del imperialismo inglés llamando a las mujeres al trabajo para y por la patria, haciendo activamente campaña colaboracionista a favor de la guerra y de los intereses nacionales de Reino Unido, cambiando incluso el nombre de su periódico The Sufragettes por el patriótico Brittania bajo el lema  Por  el  rey, por  la  patria,  por la  libertad”.  Todos  los intentos revolucionarios contra la primera guerra mundial partieron de la ruptura de la unidad con la propia burguesía por lo tanto quien defiende al movimiento sufragista defiende la derrota de la revolución proletaria.

¿Qué posicionamiento tomarán estas nuevas y modernas herederas de las sufragistas cuando la burguesía envíe al proletariado a la tercera guerra imperialista? ¿Seguirán con sus discursos pacifistas o igual que sus antecesoras llamarán a las mujeres de la clase obrera a sacrificarse por la patria?

Debe llamarnos la atención como mínimo, que la burguesía a nivel mundial esté financiando y publicitando con todos sus altavoces la ideología interclasista feminista justo en un momento en el que el capitalismo a nivel mundial está en crisis y los gobiernos burgueses están militarizando cada vez más la sociedad, preparándose para la guerra militar: Emmanuel Macron confirmó a principios de este año que su intención era restablecer el servicio militar obligatorio en Francia, tal y como había anunciado durante su campaña electoral. (…) ¿Y quién estará obligado a someterse al servicio militar? Todos: chicos y chicas de 16 años. Eso sí, existen algunas exenciones, como explican desde el Elíseo, como por ejemplo en casos de mujeres jóvenes que son madres a los 16 años. No obstante, estas excepciones no incluyen más que aquellos casos de "fuerza mayor". El 'diploma' del servicio nacional universal francés podría, además, condicionar otros procesos, como por ejemplo la presentación del certificado de bachillerato.” (El confidencial, 28-06-2018)

El  Gobierno  sueco,  socialdemócrata,  anunció  hoy  que restablecerá el servicio militar obligatorio, siete años después de abolirlo, para paliar la falta de soldados y apelando al empeoramiento de la seguridad en su entorno. La medida, que afecta tanto a hombres como a mujeres, implicará que 13.000 jóvenes nacidos en 1999 serán llamados el próximo 1 de julio a alistamiento, y después de realizar unas pruebas, 4.000 deberán empezar el 1 de enero la formación militar obligatoria, de once meses de duración. (…) La decisión, que cuenta con el apoyo de la mayoría de la oposición parlamentaria, era esperada, después de un informe favorable elaborado por Defensa, que calcula que a partir de 2023 podrían ser necesarios 8.000 soldados anuales más.(…)El Parlamento sueco ha aprobado por ejemplo aumentar el presupuesto en defensa un 5 % entre 2016 y 2020 para modernizar armamento, instalar un regimiento permanente en la isla báltica de Gotland y mejorar la vigilancia subacuática, además de permitir que la OTAN pueda desplegar tropas en este país nórdico.” (El diario.es, 02-03-2017)

En  tiempos  de  guerra  los  puentes  son  importantes,  a veces incluso decisivos. Lo aprendieron los alemanes en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial cuando dejaron intacto el puente de Remagen, cerca de Bonn, que permitió a los aliados cruzar el Rin con más facilidad de la esperada, evitando bajas y acortando la agonía del régimen nazi. (…) Pues bien, la OTAN también ha aprendido la lección de Remagen y otros puentes y es muy consciente del papel esencial de las infraestructuras en los despliegues militares. Como consecuencia, está aumentando los esfuerzos para mejorar la red de carreteras, puentes, puertos y aeropuertos en Europa, pensando en cómo, en caso de crisis, hacer llegar refuerzos al punto requerido en el mínimo tiempo. El comportamiento agresivo de Rusia no hace más que estimular la urgencia de la OTAN de acelerar lo que  denomina movilidad militar.  Tiene  que ser más  fácil trasladar  tropas  de  Toulouse  a  Tallin  si  fuera  necesario, afirmó el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg.

Y la necesidad de conseguir este objetivo ha convencido a la Unión Europea, que destinará 6.500 millones de euros en siete años (2021-2027) para adaptar las infraestructuras a las necesidades militares.” (La Vanguardia, 16-06-2018)

“Marruecos ha  anunciado  este  martes  casi  por  sorpresa que reinstaura el servicio militar obligatorio, en este caso tanto para hombres como mujeres de edades comprendidas entre los 19 y los 25 años.” (La Vanguardia, 21-08-2018)

La burguesía necesita tener desarmado ideológicamente al proletariado para que asuma todos los recortes que se le están imponiendo y que se le van a seguir imponiendo a causa de la crisis.

En el Informe Global Sobre Salarios 2016-2017 la OIT afirma que El crecimiento global del salario cae a sus niveles más bajos en cuatro años (…). El crecimiento de los salarios se ha desacelerado desde el año 2012 alrededor de todo el mundo, pasando de 2,5 por ciento a 1,7 por ciento en 2015, su nivel más bajo en cuatro años (…). En gran parte del período posterior a la crisis financiera de 2008-2009, el aumento del sueldo fue impulsado por el crecimiento relativamente robusto del salario en las regiones y países en desarrollo. Sin embargo, más recientemente, esta tendencia se ha ralentizado o revertido”. El oxígeno que los países de capitalismo joven le estaban insuflando al sistema capitalista en su conjunto se está acabando. Por ello, este desarme ideológico tiene como objetivo también tener al proletariado bien adoctrinado en caso del estallido de la tercera guerra imperialista, para la que la burguesía como hemos visto ya se está preparando. En esta labor de desarme ideológico se empeñan tanto los nacionalismos, como el feminismo. Y veremos como el feminismo, igual que ha hecho a lo largo de la historia, clamará por la defensa de la patria animando esta vez a las mujeres no sólo a trabajar por la industria de guerra sino a morir en masa por la patria burguesa.

Tarea de los comunistas es armar ideológicamente al proletariado para llevar a cabo su misión histórica, recordando las lecciones de las luchas que nuestra clase ha llevado a cabo contra el monstruo del privilegio social así como las lecciones de las derrotas sufridas en manos de la socialdemocracia, el estalinismo, los socialchovinistas, oportunistas, reformistas y reaccionarios de toda calaña entre los que se encontraban las Sufragistas y de las que el feminismo sigue su estela: Tanto en la Comuna de Leningrado como en la de París, la revolución venció marchando en el sentido opuesto al del frente de guerra; no tirando sobre el enemigo extranjero en la lucha nacional y militar, sino volviendo los mismos hombres y las mismas armas contra el enemigo interior, contra el gobierno del capital, contra el poder de clase de la burguesía, “transformando la guerra nacional en guerra civil”. (El Proletariado y la guerra imperialista, Siguiendo el Hilo del Tiempo, 1950)

Ante los llamamientos de la burguesía a las armas por la defensa nacional, el partido de clase del proletariado se opondrá con un llamamiento al internacionalismo proletario: el enemigo está en el propio país, es la propia burguesía (Lenin).

No podemos dejar de recordar antes de cerrar esta parte del análisis la posición defendida por Lenin en “El programa militar de la revolución proletaria” (1916) en relación al trabajo de las mujeres y a la guerra (tradúzcase “comunistas” en cada lugar donde aparece “socialdemócratas”):

“Si  la  guerra  actual  despierta  entre  los  reaccionarios socialistas cristianos y entre los jeremías pequeños burgueses sólo susto y horror, sólo repugnancia hacia todo empleo de las armas, hacia la sangre, la muerte, etc., nosotros, en cambio, debemos decir: la sociedad capitalista ha sido y es siempre un horror sin fin. Y si ahora la guerra actual, la más reaccionaria de todas las guerras, prepara a esa sociedad un fin con horror, no tenemos ningún motivo para entregarnos a la desesperación. Y en una época en que, a la vista de todo el mundo, se está preparando por la misma burguesía la única guerra legítima y revolucionaria, a saber: la guerra civil contra la burguesía imperialista, la "reivindicación" del desarme, o mejor dicho, la ilusión del desarme es única y exclusivamente, por su significado objetivo, una prueba de desesperación.

Al que diga que esto es una teoría al margen de la vida, le recordaremos dos hechos de carácter histórico universal: el papel de los trusts y del trabajo de las mujeres en las fábricas, por un lado, y la Comuna de 1871 y la insurrección de diciembre de 1905 en Rusia, por el otro.

El propósito de la burguesía es desarrollar trusts, empujar a niños y mujeres a las fábricas, donde los tortura, los pervierte y los condena a la extrema miseria. Nosotros no "exigimos" semejante desarrollo, no lo "apoyamos", luchamos contra él. Pero ¿cómo luchamos? Sabemos que los trusts y el trabajo de las mujeres en las fábricas son progresistas. No queremos volver atrás, a los oficios artesanos, al capitalismo premonopolista, al trabajo doméstico de la mujer. ¡Adelante, a través de los trusts, etc., y más allá de ellos, hacia el socialismo! 

Este razonamiento, con las correspondientes modificaciones, es también aplicable a la actual militarización del pueblo. Hoy la burguesía imperialista no sólo militariza a todo el pueblo, sino también a la juventud. Mañana tal vez empiece a militarizar a las mujeres. Nosotros debemos decir ante esto: ¡tanto mejor! ¡Adelante, rápidamente! Cuanto más rápidamente, tanto más cerca se estará de la insurrección armada contra el capitalismo. ¿Cómo pueden los socialdemócratas dejarse intimidar por la militarización de la juventud, etc., si no olvidan el ejemplo de la Comuna? Eso no es una "teoría al margen de la vida", no es una ilusión, sino un hecho. Y sería en verdad gravísimo que los socialdemócratas, pese a todos los hechos económicos y políticos, comenzaran a dudar de que la época imperialista y las guerras imperialistas deben conducir inevitablemente a la repetición de tales hechos.” (El programa militar de la revolución proletaria, 1916, Lenin)

(continuará en el siguiente número)

 

 

Contra el interclasismo en la "cuestión femenina" I

Contra el interclasismo en la "cuestión femenina" II

Contra el interclasismo en la "cuestión femenina" III

Contra el interclasismo en la "cuestión femenina" IV

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