LA SOBREPRODUCCIÓN RELATIVA: MATERIAL INFLAMABLE PARA LA GUERRA COMERCIAL
Cuestiones de método
Aprovechamos para recordar el que ha sido el método de la escuela del marxismo intransigente, el cual seguimos en nuestras publicaciones y en particular en este artículo y los que siguen:
“Para que el lector pueda formarse una idea del imperialismo lo más fundamentada posible, hemos procurado deliberadamente citar el mayor número posible de opiniones de economistas burgueses, que han tenido que admitir hechos particularmente incontrovertibles de la economía capitalista moderna. Con el mismo propósito hemos reproducido datos estadísticos detallados que permiten ver hasta qué grado ha crecido el capital bancario, etc., qué expresión concreta ha tenido la transformación de la cantidad en calidad, la transformación del capitalismo desarrollado en imperialismo.” (Lenin, El imperialismo: fase superior del capitalismo, 1916).
Al ilustrar el desarrollo del capitalismo de este modo, es especialmente importante entender que las declaraciones de representantes de la burguesía o de otras clases que se traen a colación no deben tomarse nunca como el motor de los acontecimientos. Son un reflejo de las relaciones de producción, un reflejo a menudo alucinado en el sentido de que los fines que creen perseguir no coinciden necesariamente con los fines reales a los que tienden sus actos, aunque podamos también explicar deterministamente por qué creen perseguir dichos fines: “Nuestra crítica equivale a una depreciación completa y definitiva, no tanto de la acción de cada uno de los individuos, presentados incluso como protagonistas de los hechos históricos, sino de las intenciones y perspectivas con las cuales ellos creyeron poder coordinar dicha acción” (Tesis de Lyon, 1926).
Causas y efectos
Como antes con los confinamientos y luego con la guerra en Ucrania, ahora la errática política arancelaria de la nueva fracción gobernante de EEUU se convierte en muchos medios en la explicación suficiente y supuesta causa de todos los fenómenos.
Nosotros marxistas sabemos que la casualidad se produce en la intersección de procesos necesarios y sobre la base de estos grandes procesos realizamos el estudio del curso del capitalismo, sin perjuicio de indagar también con método materialista dialéctico en las series concretas de eventos a través de los cuales se impone la necesidad.
El capitalismo tiende a la SOBREPRODUCCIÓN, a la DEFLACIÓN y a la CAÍDA DE LA TASA DE GANANCIA. El desarrollo mismo de este ineluctable proceso detona y detonará una serie de contra-procesos que tienden a ralentizar, posponer o incluso revertir momentáneamente el proceso principal. Cuanto más se hunda el capitalismo en su sobreproducción, con más fuerza se detonarán este tipo de contra-procesos que tienden a la destrucción o paralización de parte de la capacidad productiva y de las mercancías ya creadas.
Estos contra-procesos son llevados a cabo, son deseados y teorizados por parte de seres que se ilusionan con estar libres de determinaciones materiales y, por el contrario, sus actos, deseos y teorías están dominados completamente por las circunstancias materiales que hacen que normalmente sus actos no produzcan el resultado deseado, sino el resultado impuesto por la necesidad.
Evolución de los tipos de interés
Como hemos visto en anteriores números de la revista, después del electrochoque de la paralización y reanudación epiléptica de la producción y la circulación capitalistas, las premisas de la situación anterior vuelven a manifestarse. Las podemos ver en la caída de los tipos de interés que – a distintos ritmos – se va imponiendo en las economías capitalistas occidentales.
Los bancos centrales de otros capitalismos occidentales como Suiza o Reino Unido siguen – con mayor anticipación o retraso – la curva de los tipos en la UE y en EEUU. Respecto a los dos últimos países (Japón y China), haremos la siguiente puntualización. En el caso de Japón, el hecho es que no ha conseguido despegar más allá del 0,5% y ha ido con retraso respecto al resto. En cuanto a China, la tendencia descendente es obvia, aunque no ha llegado a tocar el 0, como el resto. Adicionalmente, se puede observar que al ser China el epicentro del volcán de la producción, el espasmo que se manifestó en la periferia no se produjo, al no llegar a salir de la deflación impuesta por la sobrecapacidad productiva y la sobreproducción relativa de mercancías y capitales.
¿Cuál es la importancia para los marxistas de esta tendencia a la caída del tipo de interés y a su ubicación incluso en rangos negativos? La respuesta está ahora en la Sección 5ª del Libro III de El Capital, Capítulo XXII:
“En igualdad de circunstancias, es decir, considerando más o menos constante la proporción entre el interés y la ganancia total, el capitalista productivo se hallará en condiciones, y lo hará con gusto, de pagar intereses más altos o más bajos en proporción directa a la cuantía de la cuota de ganancia. Y como hemos visto que la cuantía de la cuota de ganancia se halla en razón inversa al desarrollo de la producción capitalista, se sigue de aquí que el tipo más alto o más bajo de interés en un país se halla también en razón inversa al nivel del desarrollo industrial, (…) En este sentido, puede afirmarse que el interés se halla regulado por la ganancia y, más concretamente, por la cuota general de ganancia. Y este tipo de regulación rige incluso para su promedio.
En todo caso, la cuota media de ganancia debe ser considerada como el límite máximo definitivamente determinable del interés.” (El Capital, Libro III, Sección 5ª, Capítulo XXII, K. Marx).
Es decir, el tipo de interés medio será siempre menor que la cuota general de ganancia, se encuentra limitado por ésta: ningún capitalista pedirá prestado a un tipo de interés superior a la cuota de ganancia que espera obtener con la inversión del capital prestado. La tendencia decreciente de la cuota de ganancia se expresa en el hundimiento crónico de los tipos de interés y en la imposibilidad de los bancos centrales de aumentarlos de modo duradero (ver “El Comunista” nº65, enero 2021, p.9 para una explicación más extensa de la caída tendencial de la tasa de ganancia).
Evolución del precio del transporte marítimo
Sin perjuicio de la diferencia, que ya vimos en “El Comunista” nº74 (enero 2025, p. 8) en cuanto a los motivos y repercusiones entre el pico de 2022 y el de 2024, el precio del transporte está desinflamándose otra vez, acercándose a niveles previos a 2020.
En cuanto al segundo pico, por el Canal de Suez pasaba el 12% del comercio mundial, siendo la conexión marítima más rápida entre los puertos europeos y chinos. Pero las grandes navieras redirigieron sus cargueros por el cabo de Buena Esperanza, que en el último año ha experimentado un aumento del 76% de su tránsito. Este cambio de trayecto implica unos 15 días más de travesía y mayor gasto en combustible pero ha caído como agua de mayo a las navieras que han visto en ello el refugio al hundimiento de los precios del transporte.
El gran perdedor inmediato es Egipto que tiene pérdidas de 800 millones de dólares mensuales (7.000 millones desde que empezó el conflicto) por el descenso de los ingresos del Canal. La situación de reducción del tránsito empuja a Egipto a buscar clientes e inversores deseosos de seguir transitando el Canal de Suez y de desarrollar industrialmente la zona: “Hoy transitan por esta vía menos de la mitad de barcos que antes de la guerra, en su mayoría buques chinos y rusos, que cuentan con el salvoconducto de Irán y la milicia yemení. (…) Esta misma semana el gobierno egipcio ha firmado un acuerdo de 1.650 millones de dólares con una empresa china para desarrollar varias fábricas de metales en la zona del canal de Suez, consolidando aún más la ya fuerte presencia económica de China en la región.” (La Vanguardia, 30-03-2025).
En cualquier caso, a medio-largo plazo las navieras se enfrentan a un grave problema de sobrecapacidad. La previsión del efecto combinado de los aranceles a China, de la potencial reapertura de la ruta del Mar Rojo y del aumento de la flota mundial es que la utilización de la capacidad “(…) sufrirá una fuerte presión a la baja en 2025, con un posible descenso del 30% al 40% en comparación con 2024.” (Bloomberg, 02-03-2025).
Evolución del precio del petróleo
Como ya vimos en “El Comunista” nº72 (marzo 2024, p. 32) el precio del petróleo está más de un 40% más barato que hace una década, en niveles de inicios de los 2000, e incluso en términos nominales está volviendo a niveles previos a los confinamientos, y bajando.
El abaratamiento de las fuentes de energía no combustibles (además de generar con cada vez mayor frecuencia precios negativos junto con excesos y déficits súbitos de energía) hace que “la cuota del petróleo en la demanda total de energía en el mundo cayó el año pasado por debajo del 30% por primera vez en la historia, 50 años después de alcanzar el máximo de un 46%, de acuerdo con las cifras publicadas ayer por la Agencia Internacional de la Energía.” (Expansión, 25-03-2025).
Y no sólo ha caído la cuota del petróleo en la demanda total de energía sino que también ha caído la cuota de crudo dentro del mercado del petróleo, en el que se incluyen los biocombustibles y los Líquidos de Gas Natural (LGN)[1]: “A finales de los 90, el crudo representaba casi el 90% del mercado petrolero, por lo que era un buen indicador de la oferta y la demanda globales. (…) La cuota del crudo en el mercado total del petróleo ha caído al 74%. (…) Los datos mensuales más recientes muestran que EEUU bombeó 13,49 millones de barriles diarios de crudo en diciembre; pero también produjo 7,1 millones de barriles de LGN, elevando el total de líquidos petrolíferos a 20,6 millones de barriles - y hay otros 1,44 millones de barriles de biocombustibles.” (Bloomberg, 19-03-2025).
Esto lleva a una palpable sobreproducción de petróleo en general y de crudo en particular que bloquea los intentos de los principales países de la OPEP+ de aumentar su producción, dado que la caída del precio del petróleo por debajo de los 90$ pone en serias dificultades poder cubrir los gastos de sus Estados.
“Los mercados mundiales del petróleo se enfrentan este año a un superávit de 450.000 barriles diarios, incluso si la OPEP+ mantiene estable su producción, ya que la oferta de sus competidores - Estados Unidos, Brasil, Canadá y Guyana- desborda el crecimiento del consumo.” (Bloomberg, 03-03-2025). “Con todo, la OPEP+ ya frenó este fin de semana en seco el intento de ocho países de ir más allá en la reversión de los recortes (…) el Comité Conjunto de Supervisión de la OPEP+ rechazó este sábado sus planes, exigiendo el cumplimiento de las cuotas de producción acordadas.” (Expansión, 08-04-2025).
“El cártel petrolero recortó ayer sus previsiones de demanda tanto para este año como para el próximo, reduciendo el consumo global de crudo en 150.000 barriles en este año, hasta 105,2 millones de barriles diarios en el conjunto del ejercicio, y en 300.000 barriles diarios el próximo año, hasta los 106,63 millones de barriles diarios.” (Expansión, 15-04-2025).
Como hemos visto en anteriores ocasiones, esto no va a traducirse en una migración sin sobresaltos sino todo lo contrario. Lo podemos ver en el caso del carbón, cuyo precio por otro lado ha seguido la habitual curva posterior a los confinamientos: “La inversión en nueva producción ha disminuido en gran parte del mundo, ya que los accionistas y los bancos se niegan cada vez más a aprobar nuevos gastos en proyectos. Sin embargo, la demanda sigue aumentando en India y China, superando los vertiginosos ritmos de expansión de la energía solar y eólica, mientras que incluso los países desarrollados recurren al carbón para impulsar el auge de la inteligencia artificial.” (Bloomberg, 02-03-2025).
Endeudamiento global
La previsión es que “el endeudamiento mundial de los gobiernos alcance este año la cifra récord de 12,3 billones de dólares (11,6 billones de euros)” (Expansión, 05-03-2025).
Y esta deuda se tiene que financiar de acuerdo con los tipos de interés vigentes que, aunque han empezado a bajar, todavía están comparativamente altos. Esto hace que los costes de los intereses de la deuda pública en los Estados de la OCDE se hayan elevado “en apenas tres años del 2,4% del PIB en 2021 al 3,3% del PIB en 2024, por encima incluso que durante la crisis de deuda de 2010-2012” y que “el pago de intereses en los países desarrollados se ha convertido en la sexta partida más importante de los presupuestos nacionales (…), por detrás de las pensiones, la sanidad, la Administración, la educación y los asuntos económicos, y por delante de otras partidas que ahora están cobrando más importancia, como la defensa, la seguridad o la vivienda” (Expansión, 21-03-2025)
Evolución de la producción industrial
En el caso del imperialismo europeo, el efecto rebote fruto de la reanudación epiléptica de la producción duró poco y el índice de la producción industrial ha estado en negativo por un periodo prolongado desde entonces.
En el caso del imperialismo estadounidense, se puede apreciar como el efecto rebote se alargó un poco más, aunque con una tendencia decreciente que para 2023 había ubicado el índice de la producción industrial en negativo.
El tercer índice de la producción industrial a comparar es el del imperialismo chino. Después de la segunda caída en abril de 2022 por los confinamientos en Shanghái, el índice de la producción industrial se ha mantenido en positivo constituyendo el epicentro del volcán de la producción que inunda de mercancías el resto de mercados.
Inflación subyacente
En cuanto a la inflación subyacente, tanto en la UE como en EEUU, la curva ha ido descendiendo una vez pasado el impacto de la detención y reanudación epiléptica de la producción y circulación capitalistas.
En el caso del imperialismo chino, desde la detención de la producción en 2020, la inflación subyacente no ha despegado, quedándose en valores muy bajos e incluso bajo cero.
Precios industriales
Incluso más significativa es la evolución de los precios industriales. En la UE, después de una prolongada caída, han empezado a remontar ligeramente. En EEUU, la gradual pero sostenida tendencia al alza se ha interrumpido.
Y en China, no paran de reducirse en los últimos tres años, como manifestación palpable de la sobreproducción interna que pugna por salir hacia el exterior e inundar los mercados.
La sobreproducción y la guerra comercial
La superproducción de capitales engendra una tremenda competencia entre los diferentes capitales para descargar en sus competidores las pérdidas que inevitablemente tendrá que sufrir el capitalismo en su conjunto.
“La cuota de ganancia no disminuirá sin competencia por el mero hecho de la superproducción de capital, sino a la inversa: la lucha de la concurrencia se desatará ahora pues la baja de la cuota de ganancia y la superproducción de capital obedecen a las mismas causas.“ (El Capital, Libro III, Sección 3ª, Capítulo XV, K. Marx).
“Qué parte concreta de él quedará ociosa, es lo que tiene que decidir la lucha de la concurrencia. (…) Las pérdidas son inevitables para la clase en su conjunto. Pero, ¿qué parte de ellas tiene que soportar cada capitalista? Esto lo decide la fuerza y la astucia; al llegar aquí, la concurrencia se convierte en una lucha entre hermanos enemigos.” (El Capital, Libro III, Sección 3ª, Capítulo XV, K. Marx).
Es en este contexto de sobreproducción relativa de mercancías y capitales, en el que se ha acelerado la guerra comercial con la grandilocuente imposición de aranceles por parte de EEUU a prácticamente todos los Estados del mundo y su posterior marcha atrás, que analizaremos en el siguiente artículo de esta revista. La siguiente cita de Engels sirve perfectamente para sintetizar el presente artículo y para introducir el siguiente:
“La rapidez diariamente creciente con que hoy puede aumentarse la producción en todos los campos de la gran industria choca con la lentitud cada vez mayor de la expansión del mercado para dar salida a esta producción acrecentada. Lo que aquélla produce en meses apenas es absorbido por éste en años. Añádase a esto la política arancelaria con que cada país industrial se protege frente a los demás y especialmente frente a Inglaterra [ ¡hoy este papel lo juega China! ], estimulando además artificialmente la capacidad de producción interior. Las consecuencias son: superproducción general crónica, precios bajos, tendencia de las ganancias a disminuir e incluso a desaparecer, en una palabra, la tan cacareada libertad de competencia ha llegado al final de su carrera y se ve obligada a proclamar por sí misma su manifiesta y escandalosa bancarrota.” (Comentario de Engels dentro del Libro III de El Capital, Cap. XXVII).
[1] No confundir el Gas Natural Licuado (GNL), que es principalmente gas metano enfriado a -160ºC para su almacenamiento y transporte, con los Líquidos de Gas Natural (LGN), que son hidrocarburos como propano, butano, pentano, hexano y heptano que pueden ser líquidos a temperatura ambiente aunque con una presión mayor.